Al inicio de un nuevo año, la
mayoría de nosotros tenemos en mente deseos, sueños y proyectos con los cuales
deseamos colorear el lienzo en blanco del ciclo que tenemos delante, sin
embargo mientras vamos internándonos en él, vamos desprendiéndonos de muchos de
ellos sin haberlos realizado, quedándonos al final con muy poco hecho y mucho
por realizar.
Quizá podamos nombrar muchas
causas para no realizar nuestros sueños. Podemos decir que no contamos los
recursos necesarios, o que no tenemos los conocimientos suficientes o la
experiencia suficiente, en fin, pretextos podemos invitar muchos, pero tras
todos ellos habita solamente una razón: MIEDO. Así, nombrado con mayúsculas,
pues es el causante de todas nuestras
limitaciones y de lo que consideramos fracaso.
Todos cargamos con miedos, lo aceptemos
o no. Así que dime ¿Cuáles son tus miedos?
Pueden ser mayores o menores, su
tamaño realmente no importa al momento de enfrentarlos, pero algo si te
garantizo sobre ellos: todos son limitantes en mayor o menor medida.
Te contaré algunos de los míos,
tal vez sean semejantes a los tuyos o tal vez te hagan reír por lo irracionales.
Pues sí, otra característica de los miedos es que, en su mayoría, son
irracionales.
Uno de mis miedos o fobias más
grandes es a los insectos rastreros, ya sabes las arañas, cucarachas, alacranes,
etc. Verlos me hace gritar automáticamente y si alguien me pide que los mate,
sencillamente no puedo hacerlo. No recuerdo cómo adquirí ese miedo sólo sé que
es muy real y no he podido sobreponerme a ello. Aprovecho de paso para decirte
que otra de las características del miedo es que es aprendido, no es algo con
lo cual hayamos nacido ya.
Realmente mi miedo a los insectos
lo puedo considerar menor porque no me impide realizar mis actividades
cotidianas, ni me impide disfrutar de mi vida la mayor parte del tiempo, pero
si viviera en el campo o en un lugar más cálido donde los bichos se reproducen
con mayor facilidad ese miedo realmente me causaría problemas.
Eso me lleva a hablar de otra de
las características del miedo, su posibilidad real de arruinarnos la vida. Y
eso me hace recordar otro de mis miedos: el miedo a sufrir. Hace ya algunos
años alguien, de cuyo nombre no quiero acordarme, me rompió el corazón por vez primera.
Fue tan terrible la sensación experimentada y el desánimo que me causó que
desee no volver a experimentarla jamás. Eso me llevó a no permitirme entablar
una nueva relación de pareja hasta mucho tiempo después. Al menos hasta cuando
entendí que si continuaba protegiéndome del miedo a sufrir, sufriría por estar
solo. Ese otro miedo, el miedo a la soledad, curiosamente, me hizo liberarme
del anterior. Lo que implica que lo único bueno que tienen los miedos es que
podemos sobreponernos a ellos.
Lo cierto en todo esto es que hay muchas clases de miedos, quizá
tantos como personas hay en el planeta. También es cierto que a veces ni
siquiera nos damos cuenta de que sentimos miedo, pensamos que no es miedo sólo
precaución. Y desde luego, tampoco nos damos cuenta de lo que perdemos al dejar
de experimentar eso a lo que tememos.
También es cierto que si uno
desea vivir una vida sana, productiva y plena lo único que puede hacer con sus
miedos es enfrentarlos, atreverse a experimentar aquello de lo que se ha
privado y regresar de la experiencia con la satisfacción de haber conseguido
sobreponerse a la ilusión del miedo.
Claro que, en ocasiones,
enfrentar los miedos no es tan sencillo
como simplemente decidir enfrentarlos, quizá primero debamos aceptar que los
tenemos, luego encontrar las causas por las que los tenemos y entenderlas. Por
último, debemos decidir si preferimos seguir limitando nuestras vidas por algo
que no es real o preferimos enfrentarnos a ello y superarlo.
Para reflexionar en lo que perdemos
con el miedo te regalo los 7 miedos de Inma Capó, directora y coordinadora de
The international institute of NLP, quizá ello te impulse a perder el miedo:
“A
partir de ahora y para que no se aburra más con sus viejos miedos, que ya
huelen a rancio los pobres, le sugiero practique varias veces al día estos
miedos nuevos:
1) El primer miedo y más importante que hay
que tener: miedo a no hacer todo aquello de lo que somos capaces.
2) Miedo a la horrible sensación que debe
producir el arrepentimiento por lo que no se ha hecho y por lo que no se ha sido, cuando
tenemos todo el potencial divino dentro de nosotros mismos.
3) Miedo a no usar nuestros infinitos
recursos, sino nuestras infinitas excusas.
4) Miedo a vivir como víctimas de
condicionantes externos, con los que no hemos nacido.
5) Miedo a abandonar nuestros sueños porque
algún envidioso nos dijo que soñar era de locos.
6) Miedo a escuchar opiniones ajenas en
lugar de escuchar nuestras propias respuestas internas.
7) Miedo a dejar de ser nosotros mismos
para ser lo que los demás quieren que seamos, porque si vivimos así, en verdad
hemos perdido el norte de nuestra vida".
“No mueras con la terrible sensación de que
tus miedos fueron más fuertes que tus sueños”