miércoles, 9 de abril de 2014

Gratitud


"No hay errores, no hay coincidencias. Todos los eventos son bendiciones que se nos dan para aprender de ellas".   Elisabeth Kübler-Ross


A los seres humanos, por lo general, nos da por sólo ver un lado de toda la historia. No somos capaces de observar la vida en su conjunto, sino en pequeños detalles: Cuando la fortuna nos sonríe, regularmente olvidamos las épocas desafortunadas y viceversa, cuando nos encontramos pasándola mal, olvidamos los momentos felices. ¿No te ha pasado? Te confieso que a mi me pasa continuamente, suelo sólo ver una parte del panorama, solo algunos detalles, no la pintura completa que es la vida.

La desventaja de este tipo de visión es que a veces perdemos de vista lo realmente importante por observar solamente los detalles. ¿A qué me refiero con los detalles? Bueno, para explicártelo mejor hagamos un ejercicio: Hagamos un viaje en el tiempo hacia el futuro, justo al momento de tu partida de este mundo, en el umbral de la muerte ¿De qué te lamentarías en esa situación?

Según un texto atribuido a Nadine Stair,  la mayoría de las personas se lamentan, al final de su vida, de no haber disfrutado lo suficiente, por ejemplo: les gustaría haberse relajado más, reírse más, hacer lo que les gustaba más frecuentemente, tomarse menos en serio las cosas, haberse preocupado menos,  disfrutar cada momento sin preocuparse por el futuro, atreverse y arriesgarse más, ser menos cautos y más espontáneos. Sin embargo mientras nos encontramos viviendo no pensamos en esas cosas que nos podrían hacer realmente felices, por el contrario nos preocupamos de trabajar, de pagar deudas, de comprar cosas, en lugar de vivir.

¿Qué pasaría si, en lugar de enfocarnos en esas cosas que al final de nuestra existencia no tienen realmente importancia, pudiéramos concentrarnos en ver realmente el cuadro completo y decidiéramos en función de esa imagen completa nuestras acciones? Te apuesto a que entonces empezaríamos a considerar las cosas de una manera muy distinta. Empezaríamos a realmente disfrutar de cada momento, porque cada momento que vivimos es un milagro que no deberíamos desaprovechar.

Quizá al escuchar que cada momento es un milagro te quedes pensando que se necesita ser muy idiota para considerar un milagro  trabajar largas jornadas, que tu jefe te insulte o te haga sentir mal o que te hayas pasado una hora en el trasporte colectivo recibiendo empujones, o cualquier otra cosa que consideres negativa que te esté ocurriendo en este momento. Pero es justo cuando nos enfocamos en esas cosas “negativas y pequeñas” cuando dejamos de ver todo el cuadro de nuestra existencia. ¿Qué son esos detalles comparados con la posibilidad de respirar, de tener salud, de saberse amado por otros, de contar con amigos que nos apoyan, de vivir pues y tener la oportunidad de compartir?

Si aprendemos a apreciar y dar importancia a lo positivo en nuestras vidas, nos daremos cuenta de que nuestra existencia está completa y de que no necesitamos de mucho para disfrutarla plenamente.

Para cambiar nuestra perspectiva y poder ver la pintura completa solo basta abrir nuestros sentidos y dejar fluir por ellos todas las maravillas que se nos ofrecen día con día. Estos últimos días por ejemplo hemos disfrutado de hermosos cielos despejados, de un sol radiante, de tardes de viento que limpian el aire. Como ese detalle que nos regala el universo existen muchos más todos los días: La sonrisa de un ser querido, el abrazo de algún amigo, la sensación de estar sano y podernos mover con facilidad, la satisfacción de un trabajo bien realizado, etc.

Te invito entonces a abrirte a la vida y a valorar todas sus maravillas, eso automáticamente te llevará a un estado de perfección, amor y paz interiores que denominamos regularmente Gratitud. Es una emoción que se aloja en el centro de tu ser y que te hace sentir que la vida es perfecta como es y que tiene sentido en sí misma no importa lo que ocurra en ella. ¿Lo has sentido? Si no lo has sentido últimamente te invito a encontrarlo y sentir que al ver todo de esta perspectiva vemos lo sagrado y milagroso en todo lo existente.

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