Para ser realmente Humano se requiere verse a sí mismo y también ver al otro. Pero sobre todo se requiere verse a sí mismo en el otro. Porque sólo así renonocemos nuestra verdadra humanidad. ¿Que tan humanos somos?
miércoles, 18 de abril de 2012
EL SER AUTÉNTICO
La autenticidad la define el diccionario como la condición o calidad de ser cierto, luego entonces, hablar de un ser auténtico en nosotros, implicaría que, lo que pensamos que somos, no es cierto parcial o totalmente, pero ¿cómo podríamos ser algo distinto a lo que pensamos que somos?
Hay un cuento popular que puede ilustrar esa paradoja de ser los que no somos: Se cuenta que Juan se encontró con Dios al morir y éste le preguntó: ¿Quién eres? a lo que él respondió:
- Soy Juan.
-Te pregunté quién eres, no cómo te llamas.
- Bueno soy contador.
– Te pregunté quién eres no a qué te dedicas.
- Bueno soy el esposo de María.
- No te pregunté si estabas casado sino quién eres…
Y así, la historia puede continuar indefinidamente, encontrando múltiples sucesos en nuestra vida que aún así no definen lo que somos sino nuestra situación de vida.
Así, que llegar al descubrimiento de nuestro verdadero ser, el ser auténtico, ese que todos llevamos dentro, pero que no dejamos salir al encuentro de otros por miedo, o peor aún, por desconocimiento de que se encuentra dentro, es todo un reto. Quizá, el único reto que debemos afrontar en nuestra vida e implica un viaje interno a través de capas y capas de historia personal y social, para desprendernos de los condicionamientos que hemos acumulado con el tiempo.
En la vida vamos adoptando diversos roles, personajes que vamos construyendo conforme las exigencias de los demás, para complacerlos, para sentirnos aceptados y queridos, pero la mayoría de las veces, sintiendo que no somos lo que queremos ser, sino lo que otros desean que seamos, a tal grado, que a veces perdemos la capacidad de reconocer lo que realmente somos.
¿Alguna vez te has preguntado quien eres realmente? ¿Qué te haría sentir un ser pleno? Encontrar nuestro ser auténtico, nos haría explorar y alcanzar nuestras potencialidades, convertirlas en realidad, lo cual, según las creencias orientales, nos convertiría en seres puros, bellos, bondadosos y felices. ¿No te gustaría ser así? Todos tenemos la capacidad de conseguirlo, si nos atrevemos a dejar los condicionamientos absurdos y nos decidimos a actuar conforme, ese ser sabio que llevamos dentro, nos indique las respuestas.
Nuestra vida actual nos da un sinfín de ocasiones de ejemplificar que tan alejados estamos de nuestra naturaleza de ser. Hablemos, por ejemplo del dinero, el cual hemos convertido, de ser un instrumento de intercambio a ser un fin en sí mismo, pero ¿Para qué nos sirve en última instancia? ¿Necesitamos realmente tener dinero como medio de intercambio? ¿No sería mejor intercambiar bienes por bienes? ¿No sería mejor repartir los bienes entre todos en lugar de especular con ellos? ¿No podríamos así acabar con el hambre y la insalubridad en el mundo, en lugar de tener millones guardados en los bancos?
Y si hablamos del trabajo, en la actualidad la mayoría de las personas trabajan para conseguir dinero con el cual satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, vestido y vivienda ¿No sería mejor que realizáramos las actividades que nos gustan, en lugar de esclavizarnos en una actividad vacía que no nos llena? ¿No sería mejor que tuviéramos nuestras necesidades primarias cubiertas y que trabajáramos por diversión, por satisfacción según nuestras capacidades y gustos? ¿Realmente tenemos todos que ser infelices por conseguir dinero? ¿Qué te gustaría hacer de no tener que trabajar por dinero?
La crisis económica mundial donde los pobres son cada vez más podres y los ricos más ricos y donde los índices de estrés e infelicidad son cada vez mayores nos deberían indicar, en lo profundo, que estamos alejándonos de nuestra naturaleza real y que debemos cambiar nuestras condiciones de vida. Y para lograrlo debemos hacer caso a la vocecita interna que nos indica que debemos buscar el bien común y no el individual, la satisfacción y el disfrute en lugar de la ganancia, la armonía en lugar del conflicto, le felicidad en lugar del dolor, quizá entonces podamos encontrar nuestro ser auténtico.
Y no se trata de ir en contra de todo lo establecido, sino saber lo que realmente se alinea con lo que somos y con el ser Universal.
Te invito entonces a reflexionar en todas tus circunstancias de vida y encontrar en ellas tu verdadero ser y el de los demás. Y te sugiero como Adyashanti :
“Empieza ahora, en este momento, te pido que seas el Buddha, te pido que tomes tu puesto, que estés firme en tu intención de despertar a la verdad de Tu Ser Verdadero”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario